25 mar 2013

¿El problema es la comisión?



Es sabido que el modelo económico del gobierno Kirchenerista se basa en impulsar el consumo por sobre el resto de las variables económicas. No importa si dejamos de lado el ahorro, la inversión o si la balanza comercial es un desastre. Desde el estrado la presidenta repite una y otra vez que debemos tener un mercado interno fuerte, demanda agregada sostenida y que los argentinos puedan seguir consumiendo al ritmo vertiginoso que lo veníamos haciendo desde 2003. Esa es la idea y no se negocia por más que cambien las condiciones de mercado, ni un solo paso atrás.


Los bancos supieron leer este mensaje, pero no son tontos y fueron donde el mercado y la presidenta querían que vayan, al consumo. Un día nos despertamos con las ya conocidas promociones y descuentos, nos acostumbramos a ir a cargar nafta los miércoles y al supermercado los martes. Las mujeres compraban ropa solo los viernes y pagar en efectivo se dejo de usar. Hasta llegamos a sacar una tarjeta de crédito para cambiarnos el LCD cuando se acercaba el mundial.

Desde 2001 a la actualidad los plásticos emitidos por los distintos bancos se cuadruplicaron llegando a los 55 millones en circulación, es decir casi 1,4 por persona en todo el país. La estrategia de comercialización masiva mediante descuentos surgió cuando, en 2008, como consecuencia de la caída del consumo, una reconocida marca de ropa infantil, para recuperarse, acordó con Visa realizar descuentos por un lapso prolongado. La acción tuvo un rotundo éxito y sólo tenía antecedentes en sistemas de cuponeras o tarjetas, como la de Club La Nación, o en prácticas basadas en descuentos puntuales aplicados exclusivamente en fechas de alto consumo.

El segundo hito que confirmó el poder de las promos se produjo cuando Garbarino acordó con el banco Santander una promoción que incluyó, además de descuentos y cuotas sin interés, la emisión de tarjetas en las sucursales de la casa de electrodomésticos. La campaña fue tan efectiva que los locales de Garbarino se convirtieron en los principales centros de emisión de plásticos. ¿Se acuerdan de las 50 cuotas sin interés?.
El negocio propiamente dicho es “enganchar” al cliente por el consumo, venderle productos financieros y tenerlo cautivo por el mayor tiempo posible. Aquellos que eligieron comprar un LCD en 50 cuotas deben estar cancelando hoy sus últimas cuotas y eso significo un negoción, imagínate que en tu empresa o negocio cuadruplicaste la cantidad de clientes. Pero el negocio no solo fue para el banco, fue también para los locales que incrementaron sus ventas y tuvieron un boom nunca antes visto, aquellos que antes no compraban ahora compran, solo por las cuotas. Este sistema se retroalimenta y se hace casi indispensable para el consumidor, los bancos y los comercios. Todos estos actores del mercado piensan en la catástrofe de la desaparición de este sistema, el sistema de descuentos y cuotas ya esta enquistado en nuestros hábitos de consumo diarios y que nadie quiere dejarlo atrás.

Pero este sistema no apareció de la nada, no fue engendrado por el solo hecho del azar, es decir no nació solo. Este sistema es necesario y se sustenta de la mano de una inflación alta y considerable, ¿Por qué? Básicamente porque el consumidor siente que pierde menos, un descuento del 15% + 12 cuotas le permite a consumidores apaliar la inflación y de esta manera “sentir”, solo “sentir” que ganan y que llegan a comprar un bien a un mejor precio. De más esta decir que el comercio figa sus precios teniendo en cuenta todos sus costos financieros. Por ende el descuento lo pagamos los consumidores y no los bancos ni los comercios.

Entonces ¿Por qué el gobierno quiere desembarcar con la llamada “Supercard” o “Morenocard”?

Básicamente porque creen que bajando los costos financieros, bajarían los precios. Creen que regulando este sistema los precios de la góndola pasarían a ser los del INDEC y de esta manera terminar con el problema madre, la inflación. Grave error, deberíamos decir, si creemos que el problema son las comisiones que cobran los bancos y tarjetas (un 3% en promedio)  y no al revés, el problema es la inflación y ese es el mal que tenemos que apaliar. Hoy en día la gente va entendiendo que la fiebre consumista y el efecto de sensación de riqueza que nos da la inflación es puro humo y por mas descuentos y promociones, pasamos de agolparnos en los locales para pasar a ser selectivos y pensantes a la hora de consumir.

En economía existe algo que denominamos, la ecuación macroeconómica fundamental la cual dice que:

PIB = Consumo + Inversión + Gasto Publico + Exportaciones – Importaciones.

Esta ecuación acompaña a un economista desde que asiste a su primer día en la universidad hasta que deja la profesión y podríamos afirmar hasta que deja el mundo terrenal. Sobre esta ecuación se basa todo estudio y teorías sobre la economía, aquí se resume todo lo que hacemos como consumidores, empresa, países, mercado y agentes de una economía compleja. Parece simple pero cada término de esta ecuación es muy complejo y se desprende un sinfín de cuestiones en cada uno de ellos. Para resumirlo y no agobiarlo con cuestiones técnicas y viendo esta ecuación podemos resumir que basar una economía (PIB) en solo aumentar el consumo seria simplificar tanto que nos olvidaríamos del resto de las variables. 

Pensemos en la economía argentina actual y volvamos a ver la ecuación.

- Aumentamos el consumo privado: positivo

- La inversión privada en picada: negativo. (Acá están nuestros ahorros)

- El Gasto público en franco asenso, pero gastando más de lo que entra por recaudación: negativo.

- La balanza comercial (Exportaciones – Importaciones) se nos dio vuelta y de positivo paso a negativo.

Es decir que ahora la ecuación nos quedaría más o menos así:

PIB
CONSUMO
INVERSIÓN
GS PÚBLICO
EXPO – IMPO
POSITIVO
NEGATIVO
NEGATIVO
NEGATIVO

Difícil que una cuenta así nos cierre positiva, sobre todo si sabemos que aumentando el consumo y no motivando al ahorro y la inversión, tendremos problemas de financiamiento y gastando más de lo que ingresa en un país (sin posibilidad de financiamiento externo), también vamos a tener otro problema y si a eso le sumamos que por la inflación es más barato importar que exportar también vamos a tener un gran problema.

En resumen el consumo es bueno, pero sin descuidar sobre todo el ahorro y la inversión que en definitiva y como venimos diciendo siempre AHORRO HOY = CONSUMO FUTURO.


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