El día del niño no deja de ser
una fecha 100% comercial, los niños piden aquellas cosas que ven en los cortes publicitarios
de sus dibujos animados o programas preferidos y los adultos tratamos de
complacerlos hasta donde la billetera alcance. Desde nuestro blog y en esta
oportunidad queremos proponerte una buena idea, aprovechar esta fecha y
comenzar a educar a nuestros hijos, y porque no a nosotros mismos, en materia
de ahorro y finanzas personales. Desde Grupo Hecke siempre
insistimos en la importancia de dedicar un tiempo para que nuestros hijos
tengan herramientas fundamentales que le servirán para su futuro. Desde lo
personal me fue de tanto uso estas enseñanzas, casi casuales, que mi madre me
heredó que hoy he convertido esto en una profesión y en breve comenzare a
hacerlo con mi hija, recién tiene 1 año y medio.
Más allá del juguete, aparato tecnológico o actividad que le regalemos a nuestros hijos les propongo que
junto a ese regalo les obsequiemos una alcancía, ¿Se acuerdan del viejo
chanchito? Existen millones de formatos, el típico chanchito, Hello Kitty, Toy
Story, Pricesas, Jake y los piratas, Cars entre otros. Y si la billetera te
quedó desahuciada podes optar por agarrar una lata o frasco de tu casa, meterle
onda y decorarlo un poco. Esta acción de acércale a tu hijo una alcancía no debería
quedar solo ahí, debemos acompañarla de un par de acciones o enseñanzas que
pueden ayudar a que los más chicos entiendan la importancia del ahorro.
El primer concepto que nos puede
ayudar a trasmitir a nuestros hijos la importancia del ahorro es explicarles que
“ahorro = consumo futuro” es decir que lo que guarde ahora lo podrá consumir en
un futuro. Incentivar a ahorrar a un nene para comprar su próximo juguete es
una excelente idea, seguramente ya lo utilizas. Desde este concepto también
podemos empezar a enseñarles la importancia de ser buenos consumidores,
seguramente tu hijo quiera más de un artículo para el día del niño. Enseñarle
la importancia de elegir que consumir en función de sus gustos, usos y
necesidades puede facilitarnos la vida a nosotros y a ellos. Cuantas veces
pasaste o viste la siguiente situación, niño con juguete que deseaba mucho, 1er
semana lo usa, 2da semana lo usa menos, 3er semana lo deja tirado y quiere
otro. Enseñarle a ser un buen consumidor puede estar bueno para ellos y para tu
económica.
El endeudamiento es otra cuestión
que podemos enseñarles a los más chicos, para aquellos que tienen más de un
hijo no vean mal incentivar a los hermanos a prestarse plata entre ellos
obviamente pagando una suma extra en concepto de intereses. Este puede ser el
primer paso a que ellos mismos vayan sintiendo y aprendiendo cuando es bueno
tomar un préstamo y cuando no. Estemos atentos a no convertir a nuestros hijos
en usureros, muchas veces los hijos mayores se aprovechan de los menores, en
ese caso actuemos de mediadores o de interventores. Para aquellos que solo
tenemos un hijo podemos ser nosotros los prestamistas o tomadores de esos
pequeños prestamos. Muchas veces nos cuesta a nosotros entender con claridad
cuando nos conviene y cuando no tomar un préstamo, aprendamos con ellos esta cuestión
clave para nuestra economía.
El comercio puede ser otra cuestión
para seguir educando a nuestros hijos, no hace mucho tuve el placer de escuchar
de boca de un cliente como incentivaba a sus hijos más grandes a producir algún
artículo y venderlo entre sus compañeros de colegio (siempre con la aclaración de
hacerlo fuera de los horarios de clase). En este caso, la hija de nuestro
cliente, cocinaba dulces, tortas y galletas y las vendía en los recreos del
colegio. Nuestro amigo logró trasmitir así no solo el concepto de cómo funciona
el comercio, producir algo y luego venderlo sino que le enseño indirectamente
conceptos tales como costos, mano de obra, trabajo, mercados, demanda y oferta.
En mi opinión el fundamental de estos conceptos es la cultura del trabajo.
Ir de compras y al banco con los más
chicos debería ser más un acto educativo que un paseo tedioso. Enseñarles que
es un banco, que es un cheque, que es una tarjeta de debito o de crédito les servirá
aquellos casi adolescentes que en breve se deberán topar con esa realidad. Ya hemos
pasado por la situación de empezar a asesorar a algunos hijos de nuestros
clientes que recién empiezan su vida laboral y nos hemos topado con que los
chicos no saben absolutamente nada sobre bancos y vida financiera. Por otro
lado llevar a los más chicos al Supermercado e incentivarlos a aprender lo
importante de ser buenos consumidores y no comprar cosas porque si, les va a
servir para no terminar siendo presos del consumismo y ser consumidores felices
y racionales. No dudes la próxima vez que vayas al banco, que te acompañe.
Asignarles un presupuesto semanal
a nuestros hijos puede ser otra gran idea en este camino de aprendizaje
financiero. Debemos tener en cuenta que el presupuesto les alcance para sus
consumos diarios y sumarle un plus para que ellos puedan ahorrar, no importa el
monto, lo que importa es que ellos empiecen a saber administrarlo, conocer la
importancia que si gastan todo en un solo día al otro no podrán comprar nada, (no
seas débil si se lo gastó al otro día no hay más plata). Si te da miedo que tu
hijo se “patine” todo el primer día y tener que salir a solventarlo empezar a hacerlo
diario y luego semanal, también está bien. Ojala lleguemos a hacerlo mensual,
eso significa que aprendió y que se ganó nuestra confianza.
Por último y esto va para los más
grandes, la mejor enseñanza que le vas a dejar a tus hijos es que el dinero no
es todo en la vida, que no debemos enloquecernos atrás del vil metal sino
disfrutar de la vida. Obviamente que con plata es más fácil hacer lo que uno
quiere, pero para nosotros es más importante transitar este camino con
tranquilidad que con desesperación. Espero de corazón que esta pequeña nota sea
el primer paso para una buena educación financiera. Espero tus comentarios de
cómo te fue.
Feliz día a todos los niños.
Francisco Mendonca
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario, el debate de los temas nos ayudan a crecer.